Los grados de la ansiedad

La ansiedad, como toda emoción, puede variar en intensidad, y por tanto, su forma de actuación. Podemos decir que existen cuatro grados de la ansiedad.
Nivel 1: se produce una respuesta en nuestro organismo, y aunque note ciertos síntomas, puedo continuar con lo que estoy haciendo
Nivel 2: la intensidad aumenta, puedo sentir un bloqueo para el que necesite tiempo para procesar. Después, puedo continuar con mis actividades.
Nivel 3: ya no solo necesito tiempo para procesar, sino que también necesito ayuda. Aquí hablaríamos de un ataque de ansiedad.
Nivel 4: sería el nivel extremo, lo que llamamos ataque de pánico. La emoción es tan intensa que llego a tener la sensación de que me puedo morir.
Primer grado de la ansiedad
Este primer nivel de ansiedad podría definirse como la respuesta emocional automática ante una situación de anticipación. Es decir, sería esa ansiedad adaptativa, que nos prepara para afrontar un posible evento futuro. La emoción nos informa a través de síntomas físicos que puedo reconocer y manejar.
Por tanto, mi capacidad para continuar con mi vida cotidiana no se ve afectada, incluso se ve incrementada por estar preparándonos para ese futuro hipotético.
Segundo grado de la ansiedad
El segundo grado de ansiedad haría referencia a un nivel de intensidad más elevado. Podríamos encontrarnos en un punto de inflexión, entre una respuesta todavía adaptativa y el riesgo de empezar a responder de una forma disfuncional. La ansiedad puede empezar a sobre pasarnos, afectando en cierto grado a nuestra vida diaria. En este punto será clave cómo responder a la emoción y para ello es importante tener las estrategias necesarias para procesar la emoción y manejarla de forma saludable.
Tercer grado de la ansiedad
Cuando se llega a este grado, nuestra respuesta a la emoción ya no es saludable. Nuestro nivel de intensidad emocional es tan elevado, que nuestra capacidad de manejo queda reducida y se manifiesta en síntomas físicos que impiden nuestra posibilidad de avanzar. Se dan de forma puntual, ya que nuestro organismo no es capaz de mantener esta activación de forma constante. Sin embargo, la vivencia de estos episodios puede crearnos preocupación por vivir de nuevo un ataque así, lo que retroalimenta la ansiedad que sentimos. Llegados a este punto, es recomendable acudir a un profesional para romper con el círculo vicioso que se ha creado y trabajar el manejo de la ansiedad.
Cuarto grado de la ansiedad
Este último grado es el siguiente paso al ataque de ansiedad, los síntomas físicos se agravan a tal intensidad que nos da la sensación de que son insostenibles, pudiendo llegar a pensar que nos podemos morir. Nuestra capacidad de funcionalidad en ese momento queda anulada. Al igual que en el ataque de ansiedad, podemos generar un miedo a que vuelva a ocurrir. Cuando esto pasa se convierte en un Trastorno de Pánico.
Un ataque de pánico es una experiencia muy desagradable, por lo que es importante prevenirnos para no llegar a este nivel. Si te has sentido identificado en alguno de los niveles anteriores es importante que pongas remedio para que no llegues a este punto.

Ana Hernandez Silverstre es una reconocida psicóloga colegiada CV15477 y gerente de Tu Psicoayuda Psicólogos, que comparte su vida laboral ejerciendo la práctica de la psicología con la divulgación de la psicología.
Licenciada en psicología por la Universidad de Valencia. Continuo desarrollando sus estudios con máster en psicogerontología y otro en terapia de parejas en la misma universidad.