La adicción a la masturbación es, probablemente, una de las adicciones conductuales más desconocidas a nivel social. Si bien es cierto que puede tener que ver con la dependencia hacia el sexo en general y tienen ciertas similitudes, en este caso hablamos de un problema diferente, puesto que se ubica en otro contexto y las prácticas relacionadas con la adicción son distintas. No obstante, es evidente que pueden ir de la mano e incluso que una sustituya a la otra.
¿Qué lleva a una persona a convertirse en adicta a la masturbación? ¿En qué momento deja de convertirse en un acto normal para pasar a ser una dependencia? ¿Qué consecuencias puede tener una adicción de este tipo para quien la sufre? Si necesitas saber si tú o alguien de tu entorno padecéis esta dependencia es importante que prestes atención a determinados factores, puesto que en ocasiones confundimos la práctica en sí con la adicción, y esto es algo que no ocurre únicamente en este caso, sino casi siempre que se trata de adicciones hacia conductas perfectamente normales.
¿Cómo saber si sufres adicción a la masturbación?
A la hora de saber si sufres adicción a la masturbación, es muy importante poner atención a la compulsividad. Es decir, hay conductas perfectamente normales que se consideran adictivas cuando empiezan a llevarse a cabo de manera compulsiva y pasan a convertirse en una práctica nociva. Si se trata de algo que realizas a diario y en repetidas ocasiones, es muy posible que tengas dependencia hacia la masturbación.
Al mismo tiempo sería necesario observar si tienes la capacidad real de poner límites a la conducta. Es decir, ¿serías capaz de cumplir si te propones no hacerlo durante un periodo de tiempo considerable? Si la respuesta es negativa, las posibilidades de adicción aumentan. Si, además, te masturbas habitualmente para huir de otros problemas como la soledad, la tristeza o algunas dolencias de salud mental más complicadas, seguramente necesitarás tratamiento para combatir la adicción.
Síntomas de la adicción a la masturbación
Como podemos observar, la adicción a la masturbación supone una necesidad más allá del mero placer onanista, lo que conlleva una serie de síntomas que pueden ayudarnos a detectar la dependencia. Cuando aparecen estados como el nerviosismo o la ansiedad en los momentos en los que no existe la posibilidad de masturbarse, o incluso el individuo decide hacerlo a pesar de esa imposibilidad, es bastante evidente que estaríamos ante un claro caso de adicción a la masturbación.
Del mismo modo, un síntoma muy común con otras adicciones hacia conductas que no tienen por qué ser negativas de por sí, es que se recurre a las prácticas en cuestión para calmar estados de ánimo de carácter negativo o problemas de salud mental, como la depresión. Al final, la masturbación es una acción que produce placer, pero el estado de ánimo no va a mejorar al llevarla a cabo, sino más bien al contrario: aparecerá una mejoría momentánea que quedará atrás pasados unos minutos.
Causas generales de la adicción a la masturbación
Precisamente la búsqueda de placer con el fin de sustituir al dolor, la tristeza o el desánimo es una de las causas mayoritarias entre los adictos a la masturbación. Las sustancias que segrega el cerebro y nos provocan placer alcanzan su punto álgido cuando llevamos a cabo prácticas sexuales, ya sea con otras personas o en solitario, como es este caso. Este proceso hace que en el momento en que tiene lugar la conducta se lleguen a dejar a un lado los problemas.
Por otra parte, la soledad es una situación que, cuando no es deseada y genera malestar en los individuos puede propiciar adicciones como ésta, ya que además se trata de una acción que siempre tiene lugar en la intimidad que proporciona la soledad. Una personalidad tendente a la ansiedad y a la compulsividad puede llegar a desatar una dependencia hacia la masturbación cuando concurren todos los factores mencionados, por lo que en ocasiones en conveniente evitarlos.
Consecuencias de la adicción a la masturbación
La consecuencia más inmediata de la adicción a la masturbación es el sentimiento de culpa que los adictos perciben cada vez que ponen en práctica la conducta. Esto ocurre por las connotaciones negativas que se le han dado históricamente al onanismo en la sociedad, aunque también sucede cuando un adicto se da cuenta de que no puede parar y que se trata de una conducta dependiente y compulsiva. En ocasiones, también tiene lugar cuando el adicto tiene pareja y relaciona la práctica con un engaño o una deslealtad hacia ella.
Por otra parte, como todos los excesos, la adicción a la masturbación también tiene sus consecuencias a nivel corporal, ya que puede causar irritaciones, molestias y dolores cuando la repetición de la conducta es constante. No obstante, no se han descrito problemas de carácter grave e irreversible como consecuencia de la adicción a la masturbación. El aislamiento social y los problemas en determinados entornos, como el laboral, pueden llegar a convertirse en un problema dentro de esta adicción, ya que en ocasiones el enfermo tiene la necesidad imperiosa de llevarla a cabo de cualquier manera o en cualquier lugar.
Cómo prevenir la adicción a la masturbación
Por lo general, la adicción a la masturbación viene acompañada de un consumo compulsivo de pornografía, el cual también puede resultar adictivo. Habitualmente, limitar el visionado de este tipo de imágenes cuando sea posible, puede ayudar a prevenir la dependencia hacia el onanismo. Por otra parte, mantener una higiene vital y cierto orden, que implique la práctica de ejercicio y de otras aficiones, suele dar de forma sana al organismo ese alivio mental que en ocasiones se busca de forma compulsiva a través de la masturbación.
Tratamiento de la adicción a la masturbación
Las psicólogas que formamos parte de Tu Psicoayuda podemos ayudarte con tu adicción, sea cual sea.
En el caso de la masturbación, es importante que analicemos juntos cuáles son las causas que te han llevado a pasar del mero placer a la adicción, puesto que generalmente esto determina también el modo de tratarla.
En cualquier caso, también debes saber que no estás solo, que se trata de una dolencia más frecuente de lo que crees y que tiene solución, por lo que debes dejar a un lado los sentimientos de culpa, que únicamente te servirán para empeorar la situación.