Los trastornos de ansiedad son una de las problemáticas más frecuentes en nuestra sociedad que, además, se ha incrementado en los últimos años.
Si estás leyendo este artículo, es posible que lleves sintiendo cosas que relacionas con síntomas de ansiedad.
Si es así, te aseguramos que cuando termines de leer este texto, o si ves los videos publicados aquí, vas a poner palabras a aquello que lleva tiempo preocupándote.
Porque ese es el objetivo de este artículo. Queremos que entiendas qué es la ansiedad y qué es el trastorno de ansiedad.
Si eres psicólogo y estás buscando una información muy técnica, te recomendamos la lectura del artículo sobre el trastorno de ansiedad generalizada de NIHM donde, además, encontrarás bastante bibliografía.
¡Empezamos!
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una emoción del ser humano, relacionada con el miedo o preocupación sobre un posible suceso futuro.
Esto es importante, si no se trata de una preocupación por un posible evento futuro, entonces no estamos hablando de ansiedad, sino de estrés.
Su función principal es ponernos en alerta para poder afrontar esta posible situación, es decir, nos prepara, tanto a nivel físico como mental.
Siendo así, la ansiedad por sí misma no es mala para nosotros. Todo lo contrario. Es una emoción necesaria para nuestra propia supervivencia, o bien para nuestro afrontamiento ante sucesos de la vida.
¿Te imaginas cómo sería la vida sin preocuparte en absoluto por el futuro? Ni siquiera por el futuro más inmediato. Para nosotros, como seres inteligentes que somos, nos sería imposible vivir de esta manera.
¿Por qué sentimos ansiedad?
¿Por qué sentimos ansiedad? La respuesta más sencilla es porque somos seres inteligentes.
Sentimos ansiedad porque tenemos la capacidad de proyectar hacia el futuro, porque podemos anticipar aquello que puede venir. La ansiedad nace, en su base, por la inteligencia que disponemos los seres humanos.
Por tanto, la ansiedad sirve, porque nos protege de posibles peligros o situaciones que nos puedan producir cualquier tipo de malestar. Al fijarse en el futuro, podemos organizarnos, planificarnos, para poder prevenir esa posible amenaza.
¿Cuáles son las diferencias entre el estrés y la ansiedad?
En el día a día tendemos a utilizar los términos ansiedad y estrés para referirnos a la misma emoción de nerviosismo o preocupación.
Tiene todo el sentido del mundo, porque las sensaciones a nivel físico del estrés y la ansiedad son exactamente las mismas.
Entonces, si estamos hablando de los mismos síntomas físicos ¿En qué se diferencian el estrés y la ansiedad?
La diferencia está en que el estrés es una respuesta que responde a una amenaza real, que está sucediendo en este momento.
En cambio la ansiedad puede ser una respuesta que responde a la necesidad de prepararnos para lo que viene. Para un acontecimiento futuro.
Para los psicólogos, esta es una diferencia fundamental, ya que cuando una persona acude a nuestra consulta con problemas de estrés o problemas de ansiedad, tenemos que planificar terapias completamente distintas, ya que no es posible controlar un evento futuro que todavía no se ha producido.
Cuando alguien está estresado, podemos dirigir la psicoterapia a regular los niveles de estrés y a planificar una serie de actuaciones para eliminar o tomar una decisión sobre lo que está estresando a la persona.
Pero cuando uno sufre de ansiedad, el enfoque es totalmente distinto. ¿Cómo puedes tomar una decisión sobre un evento que no ha sucedido?
Así el problema de los trastornos por ansiedad es que la anticipación de este evento futuro termina por condicionar nuestra vida presente, hasta el punto de incapacitar y bloquear a la persona que lo padece.
Qué es el trastorno de ansiedad, ansiedad patológica o trastorno de ansiedad generalizada
Si la ansiedad tiene su función adaptativa, que nos ayuda a poder sobrevivir, ¿por qué se convierte en desadaptativa? ¿Cuándo empieza a ser un problema para nosotros?
Cuando tenemos una fijación extrema en los pensamientos ansiosos.
Cuando esto pasa, la ansiedad ya no nos está preparando para lo que puede suceder en el futuro, sino que nos está incapacitando.
Aquí es cuando la ansiedad se convierte en un trastorno por ansiedad. Y es un auténtico problema, que afortunadamente tiene tratamiento y solución.
Qué es la ansiedad patológica
Cuando hablamos de ansiedad, solemos relacionarla con un problema de salud mental.
Cuando sentimos una preocupación excesiva y que no se ajusta a la realidad estamos hablando de ansiedad patológica o desadaptativa.
Hablamos también ansiedad patológica cuando nos centramos únicamente en la peor de la posibilidades futuras sin tener en cuenta alternativas más realistas.
La ansiedad es una emoción, y como toda emoción tiene su función. Si la respuesta a esa emoción nos genera un trastorno, entonces es cuando empezamos a hablar de ansiedad patológica.
Así pues, ansiedad patológica y trastorno de ansiedad es exactamente la misma cosa, solo que al hablar de ansiedad patológica se está resaltando el hecho de que está afectando a la salud mental, y que por tanto es una patología.
Nuestra vida empieza a girar en torno a ese posible futuro, siendo el centro de todo, llegando a afectar a todas las áreas de nuestra vida.
Qué es el trastorno de ansiedad generalizada
El trastorno de ansiedad generalizada hace referencia a un tipo de trastorno de ansiedad en el que el pensamiento ansioso ha pasado a formar parte central de la vida del individuo, hasta tal punto que puede sufrir ansiedad a lo largo de todo el día.
Por ese motivo es un trastorno de ansiedad generalizada: Porque pasa a gobernar todos los aspectos de tu vida.
Cuáles son los síntomas del trastorno de ansiedad
Dentro de la ansiedad patológica, podríamos encontrar dos grupos de síntomas claros.
Por una parte estarían los síntomas relacionados con los pensamientos que generamos, es decir, aquellas cosas que nos decimos de manera recurrente y que a fuerza de decírnoslas una y otra vez, nos las terminamos creyendo.
Por otro lado están los síntomas físicos, donde encontramos la inquietud, fatiga física, dificultad para concentrarnos, la irritabilidad, la tensión muscular o los problemas para dormir, entre otros.
Síntomas físicos del trastorno de ansiedad
Para poder entender los síntomas físicos de la ansiedad vamos a poner un ejemplo. Lo vamos a llamar «el momento del corredor».
La ansiedad, a nivel físico, es igual que lo que le sucede al corredor que está esperando al pistoletazo de salida. Solo que el pistoletazo no llega y tú sigues esperándolo sin descanso.
Al principio, la respuesta del cuerpo ante esta situación es igual a la que experimentamos con el estrés: se acelera nuestro sistema nervioso central. Se activa para poder responder con rapidez.
Ese momento del corredor es agotador, y solo dura unos segundos.
Ahora imagina ese momento del corredor todo el día.
Eso es lo que le sucede a nuestro cuerpo cuando sufrimos ansiedad patológica. El cuerpo termina agotado.
A esto hay que sumarle que si uno no identifica el por qué de esta tensión y malestar, tiende a ponerse todavía más nervioso y la intensidad de los síntomas físicos de la ansiedad aumenta.
Así se genera el círculo vicioso de la ansiedad. Si no reconozco que me está pasando, la ansiedad se va retroalimentando hacia niveles cada vez más intensos.
Por último, te dejamos un listado con los principales síntomas físicos asociados a la ansiedad, y que son la consecuencia de estar alerta todo el día:
- Inquietud.
- Fatiga física y mental.
- Dificultad para concentrarse.
- Irritabilidad.
- Tensión muscular.
- Problemas para dormir, ya sea por cuestión de horas o por la calidad del sueño.
- Problemas de memoria.
Síntomas psicológicos del trastorno de ansiedad
Existen principalmente dos síntomas relacionados con la ansiedad patológica que son, por un lado, los pensamientos asociados al trastorno de ansiedad, relacionados con planificar la actuación en ese evento futuro que está afectando a la persona.
Una y otra vez.
En niveles intensos de ansiedad, estos pensamientos pueden llegar a ocupar todo el día.
Síntomas conductuales del trastorno de ansiedad
Luego tenemos las acciones que realizamos como respuesta a la emoción que nos producen estos pensamientos tan recurrentes y, generalmente, tan negativos.
En función de la situación, estas acciones pueden ser muy diversas.
Lo importante aquí es saber si la conducta que estamos realizando está dando una respuesta saludable a la emoción o bien nuestra conducta nos está incapacitando para actuar en el día a día, incluso agravando el propio trastorno de ansiedad y llegando a bloquearnos por completo.
Tipos de trastornos de ansiedad
Los trastornos de ansiedad, a pesar de estar clasificados en diferentes tipos, todos tienen esencialmente las mismos síntomas y las mismas características.
Ahora bien, si tenemos en cuenta que siempre se hace referencia a la misma patología, dentro de los trastornos de ansiedad existe una clasificación, que se basa en el tipo de objeto o situación temida como guía para diferenciarse.
Los diferentes tipos de trastornos de ansiedad son:
- Ansiedad generalizada: la preocupación es general.
- Ansiedad social: la preocupación excesiva se centra sobre la exposición social, cualquier situación que tenga que ver con exponerse en público.
- Trastorno de pánico: por volver a vivir un ataque de pánico
- Trastornos por estrés-postraumático: se revive el episodio traumático de forma repetida y el miedo a que vuelva a ocurrir.
- Fobia específica: por algo concreto, como puede ser un animal, las alturas, la sangre, entre otros muchos.
Hay algunos tipos de ansiedad que son típicos de la etapa infantil o adolescencia, como puede ser:
El mutismo selectivo o la ansiedad por separación.
- El mutismo selectivo: Que se caracteriza por no hablar ante determinadas personas o situaciones.
- La ansiedad por separación: Cuando el niño sufre ansiedad al separarse de sus padres o cambiar de cuidador, como sucede cuando se acude por primera vez a la guardería.
Por último, se puede hablar de trastorno de ansiedad no especificado, que se utiliza cuando no se puede incluir en ninguna de las categorías.
Insistir en que todas estas clasificaciones obedecen a una misma patología con síntomas compartidos y que tiene un tratamiento similar.
Cómo tratar el trastorno de ansiedad
Para tratar el trastorno de ansiedad tenemos que tener en cuenta que el objetivo final es cambiar nuestra percepción sobre el acontecimiento futuro que nos atormenta.
No el propio acontecimiento.
Eso no se puede tratar. ¡No ha sucedido!
Sino nuestra percepción sobre este.
Pero para llegar ahí tenemos que pasar por una serie de fases, que te vamos a explicar a continuación.
Primera fase: Aprender a separar estrés de ansiedad
Como hemos indicado anteriormente, no saber qué te esta sucediendo se convierte en un agravante de tu estado físico.
Al no saber qué le pasa a tu cuerpo y por qué reacciona así, te pones más nervioso. Esto es lo que llamamos el circulo vicioso de la ansiedad.
Pues lo primero que hacemos en psicoterapia es informar a la persona de lo que le está sucediendo, para que rompa ese círculo vicioso y entienda que lo que le está pasando es normal, que lo tenga identificado y que aprenda a diferenciar qué es la ansiedad del estrés.
La persona tiene que entender que lo que le está sucediendo tiene que ver con un acontecimiento futuro que por más que anticipe, no puede controlar.
Tiene que entender que tiene que darse un respiro. Que se merece un descanso ante tanta preocupación, lo que nos lleva a la segunda fase.
Segunda fase: Reducir los síntomas físicos del trastorno de ansiedad
Sucede que acude gente a nuestro centro de psicología con niveles muy altos de ansiedad.
Cuando uno se encuentra en ese estado, no hay forma posible de empezar un tratamiento. No podemos hablar sobre las causas que detonan los pensamientos ansiosos.
La persona llega a la consulta a hablar con su psicóloga, en ocasiones, con mucha angustia.
Así pues, lo que hacemos es escuchar e intentar que se desahogue.
Esto también da mucha información al psicólogo sobre su estado, qué le preocupa o cuánto tiempo lleva padeciendo este trastorno, y esta información es muy útil para fases posteriores.
Luego, se le da herramientas a esta persona para que se tranquilice cuando le lleguen estos pensamientos ansiosos.
Son suficientes técnicas básicas de respiración.
Por ejemplo, es un buen ejercicio dejar pasar los pensamientos sin centrarse en ellos y respirar profundamente durante unos segundos y, si es posible, durante 1 o 2 minutos.
Está comprobado que respirar profunda y pausadamente calma nuestro estado mental.
También es muy positiva la actividad física. Una buena forma de regular los síntomas de la ansiedad es practicar deporte regularmente, estrategia que también recomendamos en consulta.
Una vez calmados y con una pauta establecida para afrontar estos síntomas, pasamos a la siguiente fase.
Fase tres: Detectar los pensamientos que causan la ansiedad
La labor del psicólogo es difícil de replicar. Y es difícil por cuestiones como esta.
Podemos informar sobre las diferencias entre la ansiedad y el estrés.
Podemos explicar cuales son las pautas a seguir para que nuestro cuerpo vuelva a la calma.
Pero cuando se trata de analizar los pensamientos que generan la ansiedad es imposible dar unas pautas, porque cada persona es distinta y tiene sus propios pensamientos que le causan su propia ansiedad.
Hablábamos antes de los tipos de trastornos por ansiedad. Pongamos por ejemplo, que alguien tiene ansiedad social. Se siente muy mal cuando está en determinadas reuniones, cuando se junta con varias personas pero… ¿Cuál es la causa de su ansiedad? ¿Cuál es el pensamiento ansioso que detona su malestar? ¿Qué es lo que teme?
Puede que tema tartamudear, puede que le incomode ser observado, puede que piense que está fuera de lugar, puede que piense que está siendo constantemente juzgado…
Pueden ser mil cosas, incluso varias de ellas a la vez.
Puede, de hecho, y esto suele ser lo normal, que la persona ni siquiera sea consciente de cual es la causa de su ansiedad de forma consciente.
Y este es el principal motivo por el que conviene acudir a la consulta de un psicólogo. No existe libro de autoayuda, al menos en la inmensa mayoría de casos, que pueda ayudarte a detectar las causas de tus pensamientos ansiosos.
Esta tarea suele ser de las más complicadas, y una vez se detecta la causa, queda la cuarta y última fase.
Fase cuatro: Contestar con hechos reales a los pensamientos ansiosos
Por último, es necesario convencerse de que lo que temes no está sucediendo en realidad, sino que es un hecho futuro magnificado por nuestra propia preocupación.
El ejercicio que se propone para darnos cuenta de este hecho es contestarnos con hechos que están sucediendo ahora sobre hechos que tememos y que todavía no han sucedido.
Si es en voz alta, mejor.
Siguiendo con el ejemplo anterior sobre la ansiedad social. Por favor, ten en cuenta que es solo un ejemplo:
-Temo sentirme juzgado en una reunión que tengo esta tarde.
-Vale, pero en estos momentos estoy en casa haciendo la comida, y me encuentro bien. Estoy disfrutando de este momento.
Luego sales de casa.
-Vale, ahora me voy a coger la bici, hace un día magnífico y voy a disfrutar del sol que hace esta tarde.
Luego llegas a la reunión.
-Pues parece que la gente se lo está pasando bien. Voy a intentar hablar con esta persona que me está sonriendo.
Está claro que contado así parece sencillo, pero hay que tener en cuenta que esta persona se ha pasado aterrorizada semanas, meses o años por exponerse a grupos de personas.
No es nada fácil, pero se puede conseguir superar la ansiedad y se consigue.
Tu caso no será distinto.
Mención especial: Terapia de exposición
Del ejemplo que acabamos de exponer, podemos concluir que finalmente, el éxito de la psicoterapia para este trastorno es exponerte a la cosa que te da miedo y darte cuenta que no sucede lo que pensabas que iba a suceder.
Darte cuenta de que te habías planteado la peor de las situaciones.
A veces no puedes exponerte de una forma tan sencilla. Y aquí entra la terapia de exposición.
La exposición es una técnica conductual, que por su gran efectividad en los trastornos de ansiedad, requiere un apartado específico.
La base de este tipo de terapia está en que la exposición facilita pensamientos más saludables que terminan rompiendo con el ciclo de evitación asociado al trastorno de ansiedad.
Se ofrecen las estrategias, para luego poder ponerlas en práctica. De forma progresiva. Poco a poco.
A veces da un poco de miedo. Pero no hay nada de que preocuparse. El psicólogo sabe lo que hace y te acompañará en todo este proceso. Y sobre todo, el ritmo lo marcas tú.
En qué otras patologías puede derivar el trastorno de ansiedad
La ansiedad suele ser una problemática que se asocia con otras dificultades, también puedes estar teniendo síntomas relacionados con la depresión depresión, baja autoestima, problemas de sueño o una mala gestión emocional.
Además, ciertas situaciones pueden provocar que la ansiedad sea más intensa como una ruptura de pareja o la incertidumbre de un futuro académico o laboral.
Pronóstico del tratamiento por trastorno de ansiedad
El tratamiento del trastorno de ansiedad tiene un pronostico muy bueno.
Esto se debe principalmente a que la ansiedad es una de las problemáticas más frecuentes, y por lo tanto también es una de las más estudiadas.
Todos los psicólogos coinciden en que la psicoterapia es la mejor herramienta que existe frente al trastorno de ansiedad.
Otra cosa es lo largo que puede llegar al resultar el procedimiento terapéutico, que varía en función del tiempo que se lleve padeciendo este trastorno y el grado en que se sufra. Por eso es mejor tratarlo nada más empieces a notar los síntomas que hemos ido comentando.
Por último, el trastorno de ansiedad, una vez resuelto, puede volver a aparecer si se sufren periodos muy estresantes. Aunque si esto sucediese, tú ya tendrás las herramientas necesarias para hacerle frente.
Cuándo debo plantearme un tratamiento para la ansiedad
Si leyendo este texto te has sentido identificado, es posible que estés sufriendo un trastorno de ansiedad que no necesariamente tiene por qué ser grave, si no que lo estés experimentando de forma leve o moderada.
Pero hay que tener en cuenta que existe un amplio consenso entre los profesionales de la psicología en que si el trastorno no se trata, tiende a empeorarse.
Por ese motivo te recomendamos que acudas a un psicólogo especialista en ansiedad lo antes posible si identificas síntomas como los descritos en este artículo.
Además, si en los últimos días, semanas o incluso meses has notado como que las actividades cotidianas se te antojan complicadas, sientes que te cuesta avanzar en el día a día, quizás la ansiedad ha empezado a afectar en tu vida, motivo por el cual es importante que empieces a pensar en ti y en tu bienestar.
Si tienes dudas, no te preocupes, acudir a la sesión de un psicólogo especialista en ansiedad no significa comprometerse.
Puedes acudir a cualquier psicólogo colegiado y contarle tu situación.
Si estás en Valencia o en Paterna, te recomendamos que acudas a nuestro centro. Aquí te atenderá un psicólogo para tratar la ansiedad en Valencia o en Paterna. Y si no puedes salir de casa o no quieres desplazarte, siempre tendrás la opción de realizar psicoterapia online por videollamada.
Los psicólogos solemos ser gente muy comprometida con la salud mental y con las personas que acuden a nosotras. Si no necesitas acudir a terapia te lo diremos, y si necesitas otro tipo de profesional, te asesoraremos.
Da una oportunidad a tu bienestar.