La asertividad es un estilo comunicativo poco conocido, aunque cada vez más en auge.
Es la habilidad para expresar de forma clara y directa lo que uno piensa, siente o desea; y es una manera de transmitir sentimientos y deseos de forma eficaz.
Por tanto, es una forma de defensa de nuestros derechos personales, al mismo tiempo que respetamos los de los demás.
Aprender a ser una persona asertiva es una de las habilidades vitales más importantes que puedes desarrollar.
Los estudios han demostrado que desarrollar la asertividad puede conllevar toda una serie de beneficios, desde una mayor confianza en tus capacidades hasta mejores relaciones y una mejor salud mental.
Tener una actitud comunicativa asertiva tiene mucho que ver con expresar lo que se desea y establecer límites para respetar las propias necesidades.
La asertividad es uno de los cuatro estilos comunicativos
La comunicación asertiva es un estilo comunicativo que se encuentra entre otros tres.
Así pues, comunicarse es un estilo y la comunicación asertiva forma parte de uno de los cuatro estilos comunicativos, entre los que están el estilo agresivo, el estilo pasivo y el estilo pasivo agresivo.
Existe cierta controversia entre si el estilo pasivo agresivo es una variación del estilo agresivo expresado a través del sarcasmo.
Sea como sea, son dos estilos de comunicación, de ser distintos, tienen muchas semejanzas.
Los estilos comunicativos no son congénitos sino culturales, es decir, que se aprenden. Si hemos aprendido a comunicarnos de una forma determinada, también podemos aprender a comunicarnos de forma diferente.
Eso es bueno, porque podemos aprender a comunicarnos de forma asertiva.
Hay personas que acuden al psicólogo para aprender a comunicarse de forma más asertiva y eso se debe a que la comunicación asertiva tiene una serie de ventajas que no tiene el resto de estilos comunicativos.
la asertividad es el punto medio en la conducta comunicativa
La asertividad es una forma de comunicar que se entiende dentro de una línea.
En uno de los extremos estaría el estilo comunicativo pasivo, donde nuestras necesidades quedan en un nivel inferior a la de la otra persona. Es decir, optamos por no comunicar y ceder a las exigencias del otro.
En el extremo contrario se encuentra el estilo agresivo, donde sobreponemos nuestras necesidades a la de los demás, sin tener en cuenta a la otra persona.
En ambos casos se crea una relación desigual, donde uno suma y el otro pierde, lo que al final lleva a que los dos pierdan.
Ser asertivo se colocaría en la parte media de la línea. Es un estilo de comunicación donde ambos suman.
Se trata de respetar a los demás, pero también a uno mismo. Habla desde el yo, sin reproches y expresando nuestras emociones, siempre con el objetivo final de llegar a un acuerdo beneficioso para los dos.
Aquí es importante mencionar que la asertividad no es algo estático, también nos debemos mover en este continuo en función de la situación que tengamos delante.
Ser asertivo es una habilidad social que necesita ser aprendida
Ser asertivo se considera una habilidad social, por lo que ser asertivo se hace.
Se trata de una forma de expresar, por tanto, es algo que se puede aprender, ya que es una conducta y no algo inherente a la personalidad.
Es un conjunto de habilidades y conductas donde existe una autoafirmación, es decir, se defienden los derechos, se hacen peticiones y se expresan opiniones, así como la expresión de sentimientos tanto negativos como positivos.
Beneficios de entrenarse en asertividad
Dedicar un trabajo y esfuerzo en fomentar nuestra asertividad no solo nos ayuda a resolver de forma más eficaz los conflictos, sino que también aumenta nuestra autoestima y autoeficacia, tenemos actitudes más positivas hacia quienes nos rodean, tenemos menos ansiedad ante las relaciones sociales, mejor habilidad para relacionarnos…
En definitiva, el entrenamiento en asertividad conlleva una mejoría en nuestro estado de salud en general, principalmente en la percepción que tenemos de nosotros mismos.
Entrenar en asertividad es trabajar en nosotros mismos y nuestro bienestar.
Tener una buena autoestima es la base de la asertividad
Comunicarse de forma asertiva requiere tener una autoestima sana.
Lo suficientemente sana como para valorar la opinión de uno mismo y a la vez entender que un punto de vista distinto no significa necesariamente una amenaza.
De hecho, podemos entender en cierta medida que el resto de estilos comunicativos adolecen de ciertos problemas relacionados con la autoestima.
El estilo comunicativo pasivo no valora el punto de vista y las necesidades de uno mismo, por lo que se tendría que trabajar la propia autoestima en el sentido de aprender a valorar las propias necesidades.
En el otro extremo nos encontramos el estilo comunicativo agresivo, que no valora el punto de vista del interlocutor.
Lo primero que pensamos es que la persona agresiva únicamente piensa en el beneficio propio, pero si lo analizamos con detenimiento nos encontraremos con multitud de casos en que esta persona se siente amenazada por su interlocutor únicamente por defender su punto de vista.
Es por este motivo que, en ocasiones, la conducta agresiva en la comunicación está producida por propia inseguridad.
Así que podemos decir que tanto el estilo de comunicación pasivo como el estilo de comunicación agresivo suelen estar vinculados a algún problema de autoestima.
Los derechos asertivos
Ser asertivo, aunque parece algo lógico, se nos hace muy complicado.
Esto se debe a que se nos ha educado socialmente desde los dos extremos de comunicación, sin saber que existía uno estilo intermedio que permitía el beneficio mutuo.
Por ese motivo puede ser difícil aplicarlo cuando intentamos llevarlo a la práctica.
A veces el motivo se debe a que no aceptamos ciertos derechos como nuestros, y creemos que si actuamos de esa manera estamos exigiendo de más y nos sentimos culpables.
Pero no, los derechos asertivos existen, y es importante tenerlos en cuenta para relacionarnos.
Tienes derecho a:
- Cambiar de idea
- Tener y expresar tus opiniones
- Algunas veces, a ser el primero
- Cometer errores, a no ser perfecto
- Quejarte de un trato injusto
- Interrumpir y pedir aclaraciones
- Pedir ayuda
- Sentir y expresar dolor
- Decir “no” sin sentirte culpable
- No justificarte
- Estar solo, aunque los demás busquen tu compañía
- Decidir qué cosas te importan
Estas son algunas de las cosas que tienes que tener en cuenta, porque son buenas para ti.
Uno no tiene por qué sentirse egoísta por pedir lo que le hace sentir bien.
Pedir lo que uno necesita no es ser egoísta, es valorarse.
Los beneficios de la comunicación asertiva
Ser una persona más asertiva, puede parecer un objetivo difícil de conseguir.
Es fácil pensar: «Si uso la asertividad, ¿no pensará todo el mundo que me muestro de forma autoritaria y prepotente?». O «¿Y si eso provoca conflictos y discusiones?».
No te preocupes, hacer uso de la asertividad no tiene por qué significar saltar al otro lado, el de la comunicación agresiva.
Ser una persona asertiva significa que puedes conseguir lo que quieres comunicándote de forma segura pero considerada, sin herir, molestar o disminuir a los demás.
Aquí tienes algunas de las razones por las que vale la pena utilizar la asertividad en la forma de comunicarte.
La asertividad es respeto a uno mismo y a los demás
La asertividad es una forma de comportarse y comunicarse que se basa en la aceptación de la propia persona y de los demás.
Demuestra confianza sin abusar excesivamente de ella, y autocontrol sin tratar de controlar a los demás.
Demuestra que te respetas a ti y que también respetas a los demás.
De hecho, respetas tanto a los demás que los tratas como personas que pueden aceptar un punto de vista distinto al suyo.
La asertividad es abrirse al mundo
Cuando te comportas de forma asertiva, te muestras de forma abierta y honesta sin herir o disminuir a los demás.
Expones tus opiniones y necesidades sin ponerte en el centro del escenario.
La asertividad es una muestra de inteligencia
Este comportamiento es inteligente porque muestra un alto grado de autoconciencia y autoconocimiento y una voluntad de comprometerse honestamente con otras personas.
La asertividad es valentía
Sabes que no hay nada que perder y todo que ganar si te muestras de manera abierta y franca.
No tienes miedo de exponerte.
No te acobardas para comportarte de determinadas maneras porque te preocupa lo que alguien pueda pensar de ti, porque tienes la suficiente confianza para ser fiel a ti mismo.
La asertividad es aceptación de uno mismo
Todos somos seres sociales y la opinión y percepción de los demás sobre ti es importante, pero estás en una etapa de la vida, ya sea en años o en mentalidad, o en ambas, en la que puedes asumir la responsabilidad sobre tu propia persona.
La asertividad es autoconocimiento
Reconoces y te apropias de tus sentimientos sin tratar de responsabilizar o culpar a otras personas.
La asertividad es madurez
Ser una persona asertiva te permite vivir una vida adulta, con todos los retos, disfrutes y contradicciones que ello conlleva.